09/10/2020 / Guillermo Rodríguez

Las mujeres en la industria biotecnológica

El impulso de la igualdad de género en la ciencia es determinante para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos por las Naciones Unidas y avanzar hacia una economía y un mercado laboral más sólidos y preparados para responder a la crisis actual y afrontar los retos del futuro.

El extraordinario valor añadido que supone la creación de empleo en este ámbito y el potencial del talento femenino, con un peso creciente entre los jóvenes, que han sido duramente afectados por las consecuencias de la pandemia, han llevado a la Asociación Española de Bioempresas (AseBio) a situar en el primer plano aquellas medidas que supongan la puesta en valor del papel de la mujer en el impulso de la ciencia y la innovación.

 

La biotecnología como cantera de talento femenino

Según datos del último Informe AseBio, el porcentaje de mujeres matriculadas en biotecnología alcanza el 60%, el doble de la media del conjunto de las carreras STEM y muy por encima de otras disciplinas como ingeniería (31%) o informática (15%).

Esta cantera del sector biotecnológico está formada por talento brillante. En 22 de las 28 universidades públicas que imparten biotecnología, la titulación está entre las 10 con mayor nota de corte.

En la educación de postgrado, en la última década, según datos de la Comisión Europea (1), la proporción de mujeres con un doctorado ha crecido en España y en la Unión Europea. Este aumento también se ha visto en varias disciplinas STEM. Sin embargo, aunque la proporción de mujeres doctoras ha aumentado en varias de estas disciplinas, las mujeres siguen estando subrepresentadas en la mayoría de las disciplinas STEM, habiendo así todavía un margen de crecimiento de la educación de las mujeres en los niveles educativos más altos en estas disciplinas.

 

La mujer en el mundo profesional de la biotecnología

En el ámbito profesional, como en los estudios de grado, las mujeres que se dedican a la biotecnología también son mayoría. En 2018, las mujeres trabajando en este sector eran casi el 60% y las investigadoras el 54,2%.

Ambas cifras sitúan al sector biotecnológico claramente por encima de la media en nuestro país, donde el 40% del personal que trabaja en I+D son mujeres y tan solo el 38% son investigadoras (2).

Asimismo, las empresas biotech tienen el segundo porcentaje más alto de investigadores en el conjunto del sector y la tercera en el ranking de mujeres dedicadas a las actividades de I+D (59%), superadas únicamente por las actividades sanitarias y de servicios sociales y la farmacia.

En consecuencia, la biotecnología es el sector con mayor número de investigadoras por encima de otras áreas de actividad como el de la farmacia o el de la química.

Sin embargo, aunque en las primeras etapas de la carrera investigadora y a nivel laboral hay un mayor número de mujeres, su presencia desciende a medida que aumenta el nivel de responsabilidad, de manera que aparece el denominado ‘efecto tijera’.

También hay mucho por hacer en el ámbito digital, en creciente intersección con la biotecnología. A pesar de los avances, el número de mujeres trabajando en el campo de las tecnologías disruptivas es aún muy bajo. Por ejemplo, las especialistas en programación utilizando inteligencia artificial, suponen aproximadamente el 5% del total (3). Y sin duda, ello se va a traducir en el futuro en sesgos inconscientes y en que se ahonden las brechas de género que ya existen, como las de empleo o salario.

 

El potencial económico de aprovechar el talento femenino

Continuar impulsando el papel de la mujer en el ámbito de la biotecnología no solo supone avanzar hacia una mayor igualdad de género, sino que tiene un formidable potencial económico.

A los datos aportados por McKinsey, que sitúan el potencial económico de la igualdad de oportunidades a nivel mundial en cifras próximas al 18%, el trabajo desarrollado en España por el clúster ClosinGap, formado por 12 compañías que suman casi un millón de empleados, ha puesto de manifiesto que avanzar hacia la igualdad es esencial para el crecimiento y la productividad de nuestro país, especialmente en el momento actual, en el que la salud y la economía tienen más peso que nunca.

Solo una igualdad plena en el empleo podría sumar hasta 16 puntos a nuestro PIB y sería, asimismo, la puerta de entrada hacia una mayor conciliación, mejor salud, iguales cuantías en las pensiones o tiempos similares para disfrutar de los momentos de ocio y descanso.

Los trabajos desarrollados por estas 12 compañías ponen de manifiesto, además, el potencial que puede suponer el papel de liderazgo que la mujer ha comenzado a desempeñar hacia una movilidad, un turismo o un consumo más sostenible y responsable.

 

Una mirada hacia el futuro

Los avances que ya hemos conseguido en el ámbito biotecnológico y el potencial que estos análisis demuestran entorno a las mujeres, exigen que avancemos con más fuerza si cabe en todas aquellas medidas dirigidas a aprovechar el talento femenino.

En este objetivo la educación es un pilar fundamental. Sabemos que la mencionada brecha en las carreras científicas y tecnológicas comienza muy temprano, en secundaria. Está demostrado que el interés de las niñas por la ciencia y la tecnología se duplica cuando cuentan con referentes.

Por eso es tan importante contar con referentes femeninos relevantes que contribuyan a visibilizar el papel de la mujer en la ciencia y la tecnología, y en España tenemos buenos ejemplos.

También resulta fundamental reforzar la visibilidad de la capacidad que tiene la biotecnología de generar impacto social, elemento al que dan gran valor las niñas al ser preguntadas por las disciplinas científico-tecnológicas, como hizo FECYT el día de la mujer y la ciencia.

Trabajar en el sector biotecnológico supone trabajar para mejorar la vida de millones de personas y ayudar a resolver desafíos sociales y generacionales. Nuestro sector en España cuenta con mujeres que están trabajando en soluciones innovadoras para luchar contra cáncer, combatir el Alzheimer, el envejecimiento de la población, o luchar contra el cambio climático. Visibilizar su trabajo e impulsar su integración y consolidación en todas las áreas de desarrollo de la ciencia es un reto que debe estar incorporado en el ADN de nuestra sociedad.

Es de suma importancia analizar y estudiar la trayectoria de las mujeres desde que inician sus estudios en biotecnología hasta que se retiran del mundo profesional para ver con qué barreras se encuentran y poder así disminuir las brechas que observamos en cuanto a logros profesionales.

Desde AseBio creemos que una fuerza de trabajo diversa es crucial para la competitividad de los países, por ello necesitamos impulsar todo el talento de hombres y mujeres para fortalecer nuestra capacidad innovadora. Las cifras no dejan lugar a la duda. Las empresas con diversidad tienen un 75% más de probabilidades de llevar ideas innovadoras al mercado, además de un 70% más de probabilidades de captar nuevos mercados (4).

 

Referencias
  1. European Commission, 2019, ‘She Figures 2018’.
  2. Instituto Nacional de estadística, 2020. ‘Encuesta sobre actividades de I+D y Estadísticas sobre el uso Biotecnología 2018’.
  3. Comisión Europea, 2018. ‘Women in the digital age’.
  4. EY, 2019, ‘¿Podría ser la igualdad de género el impulso a la innovación que necesitan las empresas de servicios públicos?’.
Datos del autor
Nombre Ana Polanco
Empresa Asebio
Cargo Presidenta
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