Nuestra salud está mucho más ligada a la biotecnología de lo que creemos. El 20% de los medicamentos disponibles en el mercado son fruto de las investigaciones en este campo, un sector de rápida evolución del que se benefician cerca de 350 millones de personas en el mundo. Pese a ello, todavía existe un gran desconocimiento sobre el sector y los beneficios que el tratamiento de materiales orgánicos e inorgánicos por sistemas biológicos puede producir en la vida de los pacientes.
Acercar la biotecnología a la sociedad con el fin de explicar en qué consiste y cómo contribuye a la mejora de la salud es el objetivo de la jornada de formación para profesionales de la comunicación ‘Biotecnología, salud y comunicación: presente innovador y futuro prometedor’, organizada por Biogen, una de las compañías biotecnológicas más antigua y líder en el mundo, con el aval de la Asociación de Comunicadores de Biotecnología.
Actualmente, el 80% de las aplicaciones de la biotecnología pertenece al ámbito de la salud y biomedicina y su alcance es cada vez mayor, con unas cifras de inversión superiores a los 600 millones de euros en el 2017. “En Biogen nos sentimos orgullos de nuestros orígenes biotecnológicos y de poder contribuir desde nuestra I+D a cambiar la historia natural de las enfermedades neurológicas, máxima prioridad para nuestra compañía”, ha señalado su director general en España, Sérgio Teixera, durante la apertura de esta sesión formativa.
En esta línea, Fernando Mora, profesor de Farmacología en la Universidad Autónoma de Barcelona y uno de los ponentes de la jornada, ha afirmado que “la biotecnología ha impulsado una nueva era que ha derivado en el desarrollo de tratamientos más eficaces y selectivos en la disciplina de la medicina. Con ello, se ha consolidado un sector clave en la economía del conocimiento que ha aportado notables beneficios socio-sanitarios a los pacientes”.
Precisamente, el desarrollo de productos biotecnológicos se prevé como una de las áreas clave para alcanzar el equilibrio entre sostenibilidad e innovación en los sistemas sanitarios. Por un lado, se trata de medicamentos realizados a partir de organismos vivos que requieren de una gran inversión para su producción. Sin embargo, se estima que la tasa de éxito en el proceso de I+D es el doble que el de los productos procedentes de moléculas pequeñas.
Por otro lado, en los últimos años, hemos experimentado el auge de los fármacos biosimilares. Se trata de medicamentos biológicos desarrollados para ser altamente similares a los fármacos innovadores originales con el fin de comercializarse una vez expire la patente del fármaco de referencia. Estos productos biosimilares se desarrollan en base a un conocimiento científico ya existente sin necesidad de repetir todos los estudios clínicos realizados para el medicamento original, por lo que los costes de producción se reducen notablemente.
En este sentido, el profesor Mora ha comentado que “expirada la patente de un medicamento biotecnológico, se puede lanzar una réplica esencialmente igual desarrollada más eficientemente, un biosimilar, lo que genera una dinámica de reducción de precios que redunda en el acceso de más pacientes a dichos tratamientos.” A lo que ha añadido que “los biosimilares aportan más valor al ya inherente de la biotecnología, porque contribuyen a la eficiencia y, por ende, a la sostenibilidad del sistema sanitario”.
El Dr. Marcos Madruga, de la Unidad de Neurología Pediátrica del Hospital Universitario Virgen del Rocío en Sevilla, ha asegurado durante su intervención en esta jornada que “el número de terapias actuales para todo tipo de enfermedades como las oncológicas, las endocrinas o las neurológicas, entre otras, está incrementado de forma exponencial gracias a los avances y esfuerzos en la investigación biotecnológica”. A día de hoy cerca de 1.500 nuevas moléculas, diseñadas y producidas a través de procesos biotecnológicos, se encuentran sometidas a ensayos clínicos, tanto para mejorar el conocimiento de las enfermedades, como para poder encontrar un mejor diagnóstico y soluciones para los pacientes.
Por su parte, la Dra. Lucienne Costa-Frossard, del servicio de Neurología del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, sostiene que "gracias a los avances biotecnológicos, como las nuevas técnicas de imagen o los nuevos biomarcadores, hemos dado grandes pasos en el conocimiento de la anatomía y la funcionalidad del sistema nervioso. También hemos podido describir nuevos cuadros sindrómicos y entender cómo se desarrollan muchas de las enfermedades neurológicas para tratarlas de forma personalizada”. “Muchos pacientes con enfermedades discapacitantes que acuden a nuestras consultas están cambiando su visión de las enfermedades neurológicas con el desarrollo de estas nuevas terapias”, ha puntualizado el Dr. Madruga.
En el ámbito de las enfermedades raras, la innovación en biotecnología ha permitido ampliar la descripción y el conocimiento de muchas de estas patologías. Los avances en el desarrollo de herramientas para un diagnóstico cada vez más preciso, rápido y menos costoso han facilitado la aparición de terapias cada vez más personalizadas. Pedro Carrascal, director de Esclerosis Múltiple España y presidente de la Plataforma Europea de Esclerosis Múltiple (EMSP), ha reconocido que “la llegada de los nuevos tratamientos gracias al avance de la biotecnología ha supuesto un cambio fundamental en la vida de muchos pacientes con esclerosis múltiple que son diagnosticados actualmente. Es al comparar con la situación de hace años cuando nos damos cuenta realmente de cómo está cambiando”.
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