13/01/2021 / Guillermo Rodríguez

Estándares de calidad del cannabis medicinal

El mercado mundial de cannabis ha experimentado una rápida expansión en los últimos años. Canadá fue el primero en iniciar la regulación de la industria y el mercado del cannabis medicinal (producción y comercialización de la planta y sus derivados) y Europa se prepara para seguir sus pasos. Baste señalar que en 2018 se registraron ventas significativas de medicamentos derivados del cannabis en Alemania, Italia y los Países Bajos, mientras que en muchos otros países (incluidos Dinamarca, Grecia, Malta, Macedonia, España y Portugal) se están proponiendo regulaciones que permitan la producción o prescripción de derivados del cannabis a nivel nacional.

Para satisfacer las necesidades del mercado y garantizar el acceso a cannabis medicinal de calidad adecuada y a costes asequibles, se ha iniciado la producción local de cannabis en algunos países europeos, incluida España.

Aunque los tratados internacionales establecidos en la Convención Única de 1961 fueron ratificados por España en 1967, controlando el cannabis y tipificándolo como estupefaciente, la Ley española 17/1967 permite su uso para ‘usos terapéuticos, científicos y educativos’. Además, el Real Decreto 1/2015 permite la venta de plantas tradicionalmente consideradas medicinales.

El uso de cannabis medicinal es fomentado por muchos médicos, especialmente oncólogos, reumatólogos, neurocirujanos y otros especialistas, que recomiendan su uso.

La misma autoridad sanitaria española (AEMPS) ha reconocido los beneficios terapéuticos del cannabis en el tratamiento de patologías como la esclerosis múltiple, desde 2010 ha autorizado el extracto de Cannabis sativex para el tratamiento de la espasticidad asociada a la esclerosis múltiple como única indicación, aunque el extracto se puede usar para el tratamiento de otras afecciones médicas, principalmente el dolor neuropático crónico.

Sin embargo, en ausencia de una regulación precisa, el consumo de cannabis con fines terapéuticos corre el riesgo de situarse al mismo nivel que el consumo con fines recreativos, exponiendo así a los pacientes a sanciones y sobre todo a los riesgos de un producto sin una mínima garantía de calidad.

Desde principios de 2018, se han reservado más de 20.000 hectáreas para el cultivo legal de marihuana en España. El destino del cannabis y productos a base de cannabis obtenidos de estos cultivos (extractos, tinturas, principios activos como cannabidiol (CBD), cannabinol (CBN), etc.) se limitaría a la exportación y producción de medicamentos en talleres autorizados por la AEMPS para realizar ensayos clínicos autorizados por esta agencia o con fines de investigación.

 

Estándares de calidad del cannabis médico: hacia un monográfico farmacopeo europeo

Como cualquier medicamento de origen botánico, el cannabis con fines terapéuticos también debe cumplir con requisitos precisos de calidad de grado farmacéutico, es decir, debe cumplir con estándares de calidad predefinidos que se describen típicamente en una monografía de la farmacopea. La garantía de calidad constante de los productos de origen vegetal se puede obtener solo si las materias primas se seleccionan de manera rigurosa y detallada, en particular no solo la identificación botánica específica de la planta, sino también su origen geográfico y condiciones son de relevancia.

Como cualquier otra sustancia farmacéutica, el cannabis medicinal debe tener, en particular, una dosis de los ingredientes activos que sea definida y constante. Este aspecto es crucial para garantizar la reproducibilidad de la terapia en el tiempo y respetar la correcta posología en la administración a los pacientes. Por lo tanto, la estandarización representa el único método para garantizar la obtención de un producto seguro y estable y es un requisito fundamental para la producción a base de plantas medicinales.

La posibilidad de producir la sustancia activa estandarizada Cannabis flos está, como se mencionó, ligada a la selección de genética estable, técnicas de producción, transporte y almacenamiento.

A nivel europeo, se está trabajando actualmente para definir una monografía sobre cannabis de la Farmacopea Europea (Ph. Eur.), que se espera esté disponible en un futuro próximo. Sin embargo, dado que actualmente no hay una monografía armonizada disponible en la UE, las leyes y monografías nacionales sobre la calidad del cannabis medicinal se aplican y deben seguirse estrictamente.

De hecho algunas autoridades nacionales han publicado monografías de referencia para el cannabis en flor y para el extracto de cannabis estandarizado. En particular, la monografía Cannabis Flower (Cannabis flos) está incluida en la Farmacopea Alemana (DAB por su sigla en alemán) desde 2017, mientras que a partir del 1 de junio de 2020, según anunció el Instituto Federal Alemán de Medicamentos y Productos Sanitarios (BfArM por su sigla en alemán), entra en vigor la monografía titulada ‘Extracto de cannabis estandarizado (Cannabis extractum normatum)’.

Dinamarca también ha publicado su monografía oficial de cannabis ‘Cannabisblomst’ (Cannabis flos), basada en la monografía de la Oficina holandesa de cannabis medicinal (OMC por su sigla en holandés) ‘Inflorescencia de cannabis’ (versión 7.1, noviembre de 2014).

Por último, el Ministerio de Sanidad francés publicó el 16 de octubre de 2020 las especificaciones y requisitos de calidad del cannabis medicinal en fase piloto. El documento cubre flores, extractos y productos terminados para uso oral, sublingual y de inhalación (incluidos los dispositivos).

Existen algunas diferencias y similitudes entre estas monografías de farmacopeas nacionales. Por ejemplo, la monografía danesa ‘Cannabisblomst’ enumera formas de dosificación suplementarias para el cannabis medicinal, como ‘té de hierba, vapor de inhalación, medicamento a base de hierbas’ al final de la monografía. Esta lista no aparece en la contraparte alemana. Tanto la monografía alemana DAB ‘Cannabisblüten’ como la monografía danesa ‘Cannabisblomst’ no especifican un contenido de THC (tetrahidrocannabinol) o CBD (cannabidiol). Pero ambos establecieron un límite para CBN (cannabinol) de máx. 1%.

Además, el borrador alemán de la monografía DAB para extractos de cannabis limita el contenido de THC entre 1 y 25% y 10% el contenido de CBD máximo. Además, en Alemania también existe actualmente una monografía DAC (Deutscher Arzneimittel Codex) para resina de cannabis (Cannabis oleoresin refined et normata) donde el contenido de THC se define en aprox. 5% y el contenido de CBD no está definido.

 

Normativa aplicada al cultivo y a la producción de cannabis y derivados

Los estándares de calidad y las actividades de cumplimiento necesarias del sector farmacéutico exigen que el cultivo de la planta respete las Buenas Prácticas Agrícolas y las Buenas Prácticas de Manejo, orientadas a asegurar que los cultivos se produzcan, envasen, manipulen, rastreen y almacenen de la forma más segura posible para garantizar la seguridad para el consumo humano.

El impacto de las condiciones de crecimiento de las plantas en la calidad del producto final no es menor que el impacto de la variante genética. Además, las condiciones ambientales, la presencia de nutrientes, el uso de pesticidas y agentes fitoterapéuticos, las condiciones de cultivo y cosecha, pueden alterar significativamente la calidad del producto terminado. Por tanto, en la producción de cannabis con fines farmacéuticos, los pasos de manipulación posteriores para obtener el extracto de la planta o la sustancia depurada que constituirá la sustancia farmacológicamente activa deberán realizarse en talleres farmacéuticos autorizados de acuerdo con las Buenas Prácticas de Fabricación.

El propósito de aplicar las Buenas Prácticas de Fabricación es, de hecho, asegurar un alto nivel de calidad en las fases de desarrollo, fabricación, control y distribución del producto.

El control de la aplicación de estas prácticas (también llamado cumplimiento) protege el producto de alteraciones y asegura que cualquier parte involucrada en la cadena de producción y suministro cumpla con las regulaciones. Los procesos y maquinarias utilizados en el cultivo de cannabis deberán ser monitoreados constantemente, así como los productos serán sometidos a controles analíticos que pueden ir desde la microbiología hasta la detección de la presencia de metales pesados o pesticidas. Gracias a este seguimiento constante, será posible certificar la consecución de un producto final que cumpla de forma tangible los requisitos de eficacia, calidad y seguridad, así como los requisitos reglamentarios.

Todavía hay relativamente pocas instalaciones certificadas por EU-GMP (European Union - Good Manufacturing Practice por su sigla en inglés) en todo el mundo que puedan producir flores de cannabis medicinal para la venta en Europa. Algunas de ellas están ubicadas en España, donde actualmente solo cuatro empresas están autorizadas para producir cannabis con fines médicos y otras seis para cultivar cannabis solo con fines de investigación. Sin embargo, en los últimos dos años, AEMPS ha recibido cerca de 50 solicitudes de permisos de cultivo, la mayoría de las cuales han sido rechazadas.

 

Conclusiones

Las empresas del sector están invirtiendo para regularizar e implementar la adecuación de los estándares de calidad exigidos en sus realidades comerciales e industriales, organizando sus sistemas de producción, gestión y negocios, de la misma forma que en la industria farmacéutica moderna.

Teniendo esto en cuenta, y estimando que el mercado del cannabis en Europa alcanzará los casi 60.000 millones de euros en los próximos diez años, se ha vuelto más urgente que nunca definir unos estándares de calidad claros y armonizados a los que las empresas del sector tendrán que adaptarse, así como una legislación clara de la Unión Europea que establezca normas comunes sobre la producción y el consumo de cannabis con fines terapéuticos. El objetivo de todo eso es proteger a los pacientes europeos poniendo a disposición un producto de calidad certificada.

Datos del autor
Nombre Roberto Reviglio Della Veneria y Paola Cinquanta
Empresa PQE Group
Cargo Cuntry manager y project manager, y project manager, respectivamente
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