Revisaremos en el presente artículo los conceptos y fases fundamentales para, evidentemente, no hacernos expertos (ya tenemos bastantes), sino para entender un poco mejor lo que nos van a inyectar, esperemos, que en breve espacio de tiempo.
Seguridad y Eficacia
Axioma, esta vez a demostrar, e hipótesis de partida y base fundamental de la clínica, es que el fármaco reúne dos cualidades básicas:
Es decir, dicho en román paladino, que cura y no mata.
Los estudios clínicos deben estar diseñados para responder a unas preguntas esenciales, según la FDA norteamericana:
Para responder a estas cuestiones, así como para determinar la dosis y pautas de administración adecuadas, se diseñan y ejecutan las diferentes fases por las que discurre un ensayo clínico oficial para un nuevo fármaco (ver figura 1):
La esencia de cada fase, lo que queremos demostrar a las agencias reguladoras para que nos aprueben el fármaco/vacuna, viene muy claramente descrita en la figura 2.
Antes de seguir adelante con el artículo debemos reflexionar sobre tres puntos muy importantes a tener en cuenta y llevar en nuestro mesencéfalo:
Fase cero: estudios preclínicos o de laboratorio
Es muy importante remarcar que los estudios clínicos se realizan únicamente después de que los hallazgos en los estudios preclínicos hayan indicado que el tratamiento o medicamento nuevo podría ser seguro y que funcionará en las personas. El objetivo de esta fase inicial son dos:
Para demostrar esto, los estudios preclínicos o estudios de laboratorio suelen incluir:
Entiendo que nos cause un impacto el uso de animales, yo lo he visto en primera línea, pero debemos pensar que, mientras no haya modelo in vitro/ordenador que puedan sustituir con garantías esta fase, debemos seguir adelante con ello. Pensemos los cientos de miles de muertos que llevamos sobre nuestros hombros durante esta pandemia…
Los estudios preclínicos proporcionan bastante información útil, pero no todo lo que es necesario saber. Los humanos y los animales son diferentes en la forma en cómo absorben, procesan y eliminan los medicamentos. Un tratamiento que funciona en un animal puede que no funcione en las personas. Asimismo, puede que en las personas surjan efectos secundarios y otros problemas que no se presentaron cuando el tratamiento se usó en animales, si bien las curvas de interrelación tienen bastante correlación humano – animal. Una vez terminada la fase cero de forma exitosa, la empresa investigadora debe pedir una autorización a las agencias regulatorias, para seguir adelante con las siguientes fases, el famoso IMPD (Investigational Medicinal Product Dossier).
Según la European Investigational Medicinal Product Dossiers, el Dossier de Medicamentos en Investigación (IMPD) es documento que reúne varios datos relacionados con los medicamentos en investigación (IMP) requeridos, siempre que la realización de un ensayo clínico se lleve a cabo en uno o más estados miembros de la Unión Europea.
El IMPD incluye resúmenes de información relacionada con la calidad, fabricación y control de cualquier IMP (incluido el producto de referencia y el placebo) y datos de estudios clínicos y no clínicos.
Se puede encontrar orientación sobre los expedientes de IMP en la comunicación de la Comisión Europea titulada ‘Orientación detallada sobre la solicitud a las autoridades competentes de autorización de un ensayo clínico sobre un medicamento de uso humano, la notificación de modificaciones sustanciales y la declaración de finalización del juicio’.
La guía se basa en el Reglamento (UE) nº 536/2014 sobre ensayos clínicos de medicamentos de uso humano (deroga la Directiva 2001/20 / CE) sobre la aproximación de las leyes, reglamentos y disposiciones administrativas de los estados miembros, relativas a la implementación de buenas prácticas clínicas en la realización de ensayos clínicos sobre medicamentos de uso humano (también denominada comúnmente ‘Directiva sobre ensayos clínicos’) (figura 3).
Fase I: determinación de la dosis tolerable. Seguridad
La fase I (figura 4) es en la que se involucra a personas por primera vez, generalmente enfermos en un grupo reducido de unos 20 a 80 individuos. Su objetivo esencial es la determinación de la máxima dosis permitida por el organismo, sin causar efectos secundarios graves y ver el comportamiento del fármaco en el organismo (farmacocinética).
En la fase I, el primer grupo pequeño recibe una dosis baja del tratamiento y es observada minuciosamente, de tal manera que si solo aparecen efectos secundarios menores, el próximo grupo pequeño de participantes recibe una dosis más alta. Y así el proceso continúa hasta que se encuentra la dosis más adecuada y mientras se mantenga un nivel aceptable de efectos secundarios.
Fase II: determinación de la dosis terapéutica
Si en la fase I se determina que un tratamiento nuevo es seguro, entonces se procede con la fase II (figura 5) para determinar su eficacia frente a la patología, cuyas características fundamentales son las siguientes:
Fase III: confirmación de la dosis terapéutica
El objetivo principal de la fase III es confirmar la dosis terapéutica final más adecuada, y que presente los menores efectos adversos serios posibles, si bien se sigue evaluando la seguridad del fármaco. Hay que tener en cuenta que las fases de los estudios clínicos son dinámicos e interrelacionados íntimamente entre ellos.
Normalmente se introducen en el estudio más de 20.000 pacientes, que se acogen a un programa y que se escogen al azar. Tanto el investigador como el paciente desconocen cuál es el tratamiento que está recibiendo (ciego) y parte de los pacientes son inoculados con placebo (doble ciego aleatorio).
Llegados a este punto, debemos remarcar que los principales players en los estudios clínicos son:
Fase IV: confirmación de la eficacia y seguridad en la población general
Los medicamentos aprobados se mantienen bajo observación durante un largo tiempo mediante los estudios en fase IV (figura 6), ya que pueden aparecer al cabo del tiempo efectos adversos nuevos o exacerbarse algunos ya detectados durante las fases clínicas. Se hace el seguimiento de más de 100.000 pacientes.
Una vez que hemos repasado las fase, ¿cuánto tiempo se necesita para llevar a cabo todas las fases?
Generalmente se necesitan unos 10-12 años para ejecutar desde la fase I hasta la III incluida, tal como podemos ver segmentado en la figura 7.
En el esquema de la figura 8 podemos ver el marco legal aplicable en nuestro país y su evolución desde el año 2001 hasta la actualidad.
Pues sí lectores, ahora os preguntaréis cómo en 9 meses tenemos la vacuna de la COVID, si generalmente se tarda más de 10 años… Las respuestas que las den Pfizer, Moderna, AstraZeneca, etc. De lo que sí estoy totalmente convencido es de que son compañías muy serias y que serán seguras y eficaces. Yo me vacunaré.
Y si necesitáis algo más, ya sabéis dónde estoy.
Nombre | Eduardo Sanz |
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Empresa | Pharmaceutical Industry |
Cargo | Senior Advisor |
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