Aifec Izquierda web 2024
25/06/2024 / Guillermo Rodríguez

Cristina López

En estos sectores la inversión en I+D+i es fundamental y la colaboración público-privada, casi obligatoria. La competencia global es positiva para la sociedad, ya que impulsa a las empresas a buscar oportunidades

Entrevista

En el contexto de la investigación de enfermedades emergentes, ¿cómo están las empresas y organizaciones del sector abordando estos desafíos, y qué papel juega la innovación en este proceso?

Aunque la globalización nos ha dado acceso a más tratamientos y terapias de vanguardia, también ha abierto importantes retos. Uno de ellos el que mencionas, las enfermedades emergentes. Están apareciendo nuevas patologías y cepas resistentes a los medicamentos que están amenazando a la salud pública. Su investigación es fundamental para ser capaces de identificarlas y comprenderlas. En este sentido, el sector farmacéutico puede marcar la diferencia. Siempre y cuando apueste por la innovación.

A modo de ejemplo, tecnologías como la IA permiten a las empresas del sector optimizar las estrategias de detección, monitoreo y respuesta y, de esta manera, agilizar el análisis de datos epidemiológicos, desarrollar modelos predictivos e identificar patrones de propagación. También pueden acelerar muchas actividades relacionadas con la creación de nuevos fármacos, mejorar la fabricación y apoyar en la identificación de nuevos objetivos terapéuticos.

 

Con respecto al desarrollo de fármacos, ¿cuáles son los principales obstáculos que enfrentan las compañías en la actualidad, y cómo la innovación puede ayudar a superarlos para mejorar el acceso a tratamientos efectivos?

Además de la dificultad de identificar nuevos objetivos terapéuticos, debo mencionar el elevado coste de la investigación y el desarrollo, mayor a medida que crece el número de los pacientes; el largo tiempo que implica; la competitividad global; la estricta regulación y la presión existente para reducir los precios de los medicamentos. Todo ello provoca que muy pocas empresas puedan optar a realizar esta actividad y, por tanto, limita la competencia.

La innovación puede hacer mucho para abordar estas dificultades. Por ejemplo, la IA permite simular interacciones entre moléculas y objetivos biológicos, automatizar tareas de análisis de imágenes y gestión de datos y optimizar la síntesis química. También se usa para mejorar los ensayos clínicos y, en el análisis de datos biomédicos, para identificar biomarcadores de respuesta a los tratamientos, facilitando un desarrollo más eficiente y personalizado de medicamentos.

Y, por supuesto, puede ayudar a identificar mecanismos de acción para fármacos, permitiendo desarrollar nuevas terapias para enfermedades actualmente sin cura o personalizar medicamentos para grupos específicos de pacientes. En ese sentido, se puede emplear estas tecnologías para predecir la probabilidad de éxito de un candidato a un fármaco en las primeras etapas del desarrollo, reduciendo el número de ensayos fallidos.

Otras aplicaciones clave serían el cribado virtual de moléculas para encontrar candidatos prometedores, el diseño de fármacos basado en la estructura molecular y la predicción de interacciones fármaco-receptor.

 

La sostenibilidad se ha convertido en un tema central en todas las industrias. ¿Cómo están respondiendo las empresas farmacéuticas, químicas y biosanitarias a la creciente presión por adoptar prácticas más sostenibles, y qué oportunidades de innovación están surgiendo en este contexto?

Creo que la necesidad de incluir la sostenibilidad en los planes estratégicos de las empresas es algo que se está viendo de manera transversal. Lo más habitual es enfocarse en mejorar los procesos de fabricación para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, minimizar los residuos y hacer una gestión más circular y sostenible del consumo de agua.

Por ejemplo, para reducir el uso de agua se están introduciendo sistemas de automatización que combinan sensores inteligentes con software de analítica de datos para controlar los parámetros de consumo, aunque eso solo son mejoras incrementales, no un cambio disruptivo en los procesos o materias usadas.

Otras oportunidades más interesantes son las que plantean la problemática desde un punto de vista más creativo, aplicando el diseño ecológico a los nuevos productos, empleando materias primas biodegradables o tecnologías de producción limpias.

 

 

La atención médica personalizada es una tendencia en crecimiento. ¿Qué avances están presenciando en este ámbito y cómo están impactando en la forma en que se desarrollan y ofrecen tratamientos y servicios de salud?

Estamos observando muchos avances e iniciativas muy interesantes. La tecnología hace más asequible la personalización de los tratamientos. Por ejemplo, ya nos parece relativamente normal que se pueda imprimir en 3D una prótesis o un implante para cada paciente o que una terapia de cáncer se diseñe según el análisis de las mutaciones genéticas específicas en tumores para aplicar terapias más dirigidas y menos agresivas. Otro ejemplo de atención médica personalizada es el desarrollo de fármacos más específicos o la posibilidad de secuenciar tu genoma para analizar tu predisposición a distintas enfermedades. Cosas que veíamos en películas de ficción como “Gattaca” son ahora casi de actualidad.

Lamentablemente, todo ello tiene un coste que todavía es inasumible para algunos pacientes y no todo está cubierto por la Seguridad Social. Por lo tanto, existe el peligro potencial de que la privatización de la medicina acabe creando diferencias de oportunidad en los tratamientos.

 

La inversión en I+D+i es fundamental para impulsar la innovación en estos sectores. ¿Cómo están las empresas y organizaciones gestionando esta inversión en un entorno de incertidumbre y competencia global, y qué estrategias están implementando para garantizar un flujo constante de nuevos descubrimientos y desarrollos?

En estos sectores la inversión en I+D+i es fundamental y la colaboración público-privada, casi obligatoria. La competencia global es positiva para la sociedad, ya que impulsa a las empresas a buscar oportunidades y nichos de terapias que se puedan mejorar o enfermedades todavía sin curas eficientes.

Dicho esto, aunque el sector sigue apostando por la I+D+i, en los últimos tiempos se ha visto una cierta ralentización. Según el ranking de las empresas más innovadoras de BCG, en 2023, solo 6 compañías farmacéuticas figuran entre las primeras 50 posiciones, cuando en 2021 eran 9.

 

En el contexto español, ¿cómo han sido fundamentales iniciativas como el Programa Operativo de Crecimiento Inteligente (OSA) y el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia en apoyar la investigación y la innovación en estos sectores, y qué impacto anticipas que tendrán en el futuro cercano?

En los últimos años, en España, se ha hecho un esfuerzo importante por invertir en I+D+i. Así, el Ministerio de Sanidad confirmó que, desde 2020 ha autorizado más de 1.000 ensayos clínicos cada año, el 82% impulsados por empresas farmacéuticas. Y, según Statista, en 2022, los laboratorios farmacéuticos invirtieron más de 750 millones de euros en investigación clínica sobre medicamentos innovadores. El apoyo de las administraciones es clave para alcanzar estas cifras.

La presencia de incentivos es fundamental para promover nuevos proyectos que beneficiarán a la sociedad. Además, apoya a la creación y mantenimiento del tejido empresarial. Es vital disponer de presencia en estos sectores tan esenciales para la ciudadanía y tener presencia de las empresas más punteras del sector. Estamos viendo cada vez más inestabilidad geopolítica a nivel mundial, en este escenario contribuir a crear un clima seguro para que las empresas puedan innovar adquiere una importancia capital.

 

La innovación no solo impulsa el crecimiento empresarial, sino que también puede ser un motor de transformación social. ¿Qué ejemplos destacados puedes compartir de cómo la innovación en los sectores farmacéutico, químico y biosanitario está contribuyendo a abordar desafíos sociales y mejorar la calidad de vida de las personas?

La muestra más evidente y clara la tuvimos con la pandemia del COVID. En ese caso se vio como sociedad, gobiernos y empresas son capaces de anteponer el bien común a las restricciones o a la búsqueda única del beneficio económico.

El impacto de las empresas y centros de investigación del sector farmacéutico, químico y biosanitario ya está per se muy vinculado a solucionar desafíos sociales y a mejorar la calidad de vida de las personas, por lo que toda la innovación que lleven a cabo acaba contribuyendo a la transformación social.  Tomemos como ejemplo el cuidado de las personas mayores y la mejora de su calidad de vida. En este ámbito estamos viendo importantes avances en la optimización de los sistemas de telemedicina, el desarrollo de robots de asistencia, las medidas preventivas, etc.

 

¿Cuál es tu visión sobre el futuro de la innovación en estos sectores, y cómo crees que las empresas y organizaciones deberían prepararse para los cambios y desafíos que puedan surgir en el camino?

Personalmente, me gustaría ver todavía más colaboración entre empresas, universidades y gobiernos para desarrollar nuevas tecnologías y soluciones que aseguren que las personas puedan llegar a acceder a esas innovaciones, así como avances en la personalización de la medicina. Será un reto transformar también los sistemas sanitarios para lograrlo y que toda la inversión en innovación llegue a los pacientes que más lo necesitan.

En el contexto actual de cambio, y viendo cómo está impactando la IA en todos los sectores económicos, será esencial también que las organizaciones incorporen en su ADN la capacidad de adaptación y transformación. Aquellas que estén excesivamente burocratizadas y sean lentas en la adopción de cambios pueden verse más bloqueada.

 

En términos de colaboración público-privada, ¿qué oportunidades ves para fortalecer la cooperación entre el gobierno, las instituciones académicas y la industria para fomentar aún más la innovación en estos sectores?

Como comentábamos al inicio, una de las barreras para innovar en este sector es el alto capital necesario para llevar a cabo desarrollos de nuevos medicamentos o transformaciones a nivel de procesos de producción. El apoyo de las administraciones es clave para superar este obstáculo.

También para facilitar que centros de investigación, start-ups con buenas ideas y empresas con muchísimo recorrido, solvencia operativa y capacidad productiva puedan cooperar. En este sentido, aunque contamos con una red de centros de investigación y desarrollo muy sólida, deberíamos aprender de otros modelos como el estadounidense, que apoya y genera muchas iniciativas de investigación e innovación, pero más orientadas a mercado o a una aplicación más clara.

Creo que, en España, en muchas ocasiones, hay cierta desconexión entre las Universidades y el mercado o el paciente objetivo, aunque, tal vez, en el ámbito sanitario sea donde menos veamos esta problemática.

 

Finalmente, ¿cuál es tu opinión sobre el papel crucial de la innovación como impulsor de la competitividad empresarial en un mercado globalizado y altamente dinámico como el de los sectores farmacéutico, químico y biosanitario?

Considero que la innovación y la competitividad son simbióticos. Las empresas invierten en estas actividades para posicionarse como líderes y las más exitosas entienden que la única manera de mantenerse es continuar impulsando nuevos proyectos y desarrollos de investigación y tener una mirada abierta hacia el futuro.

Conoce a Cristina López
Nombre Cristina López
Empresa Leyton Iberia
Cargo R&D Consulting Manager
Biografía
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