Luisa se marchó de Ceuta a los 18 años para empezar sus estudios de Farmacia en la Universidad de Sevilla. Hoy, doctora en Nanotecnología farmacéutica y especialista en Biomedicina y Biotecnología, además de Dermocosmética, forma parte del equipo del laboratorio vasco encargado de producir la segunda generación de la vacuna de la Covid-19 en colaboración con la Universidad de Harvard. En un momento de cambios, Ruiz Gatón reflexiona acerca de los retos actuales del sector y de la presencia de la mujer en la industria.
¿Cómo está actualmente tu sector y, más concretamente, tu ámbito como Quality Assurance de Viralgen Commercial Therapeutics Vector Core?
La industria farmacéutica ha contribuido de forma muy significativa a dar respuesta al enorme reto sanitario en el que nos encontramos. La pandemia ha puesto de manifiesto la importancia del sector en la búsqueda de soluciones en situaciones de emergencia y puesto en valor el trabajo que desempeñamos.
En Viralgen trabajamos en el campo de las terapias avanzadas, concretamente en terapia génica para el tratamiento de enfermedades raras y ultrarraras, sobre todo infantiles. Producimos vectores virales adenoasociados (AAV) con una tecnología única que nos permiten obtener una fácil escalabilidad. Los resultados obtenidos hasta el momento son espectaculares, las personas que han recibido los tratamientos han mejorado asombrosamente su calidad de vida.
Acabamos de inaugurar una segunda planta en el Parque Tecnológico de San Sebastián para fabricar a escala industrial los productos que se obtienen para ensayos clínicos en la instalación actual de Viralgen. Por tanto, tenemos por delante un reto muy estimulante, comercializar los productos que hoy en día se encuentran en fases clínicas.
Es un hecho que la terapia génica está revolucionando la medicina, ofreciendo opciones de tratamiento para enfermedades incurables en la actualidad. Cada vez llegarán más productos a la fase comercial y será un campo clave en el futuro de la atención a la salud. La nueva planta es una de las instalaciones más modernas de Europa y tiene capacidad para dar respuesta y abastecer la demanda de este mercado creciente.
¿Qué retos consideras que tiene por delante la industria farmacéutica?
La pandemia ha evidenciado cómo puede contribuir la ciencia a solucionar los principales retos a los que nos enfrentamos como sociedad. Ha revelado el potencial de la industria farmacéutica y del talento del que se dispone en el sector, pero también los problemas asociados, que son ahora nuestros retos.
Desde mi punto de vista, una de las cuestiones más importantes que debemos solventar es la falta de continuidad en la cadena de valor entre la ciencia básica y el mercado, la traslación hasta fases clínicas y posterior comercialización, lo cual, es más acentuado aún en el caso de medicamentos innovadores. En esta crisis sanitaria hemos podido comprobar que debemos mejorar el tejido industrial para este tipo de producciones, así como dar un mayor impulso a la colaboración público-privada para avanzar en el desarrollo de medicamentos pioneros hasta que lleguen a estar a disposición de los pacientes.
Otro desafío que tenemos por delante es la aceleración de la transformación digital. Hemos visto las oportunidades que ofrece la aplicación de nuevas tecnologías como la Inteligencia Artificial y el Big Data en entornos innovadores. Estos serán también claves para el impulso de la medicina personalizada y de precisión.
Por último, la búsqueda de iniciativas dirigidas a la sostenibilidad ambiental, el reto de dejar una menor huella ecológica.
Entre ellos, podríamos destacar el de una mayor incorporación de mujeres a puestos directivos y/o consejos de administración, ¿no? ¿Cuáles son las principales dificultades u obstáculos que, a tu juicio y según tu experiencia, deben afrontar las mujeres para el desarrollo de su carrera en este sector? ¿Y qué medidas propondrías?
Nos encontramos en un sector en el que un alto porcentaje del personal son mujeres. En los últimos años ha habido un importante incremento femenino en puestos de alta dirección, sin embargo, sigue existiendo una brecha en lo que se refiere a posiciones de responsabilidad. Aunque la evolución es positiva, queda camino por recorrer para conseguir un cambio profundo y duradero.
En el caso concreto de Viralgen, se trabaja en impulsar el talento diverso y en crear un ecosistema equilibrado que beneficie tanto a las mujeres como a los hombres. Somos una organización donde más del 70% del personal presenta alta cualificación. En la actualidad, un 67% de la plantilla somos mujeres y los puestos de dirección están ocupados en un 55% por nosotras.
No obstante, tanto en este sector como en otros, diferenciaría entre los obstáculos externos (los de la sociedad, las empresas, etc.) y los propios (los autoimpuestos).
Y algunas medidas que destacaría para acabar con estas limitaciones serían: crear buenas políticas sociales, facilitar la flexibilidad laboral y el teletrabajo cuando sea posible, un estilo de dirección por objetivos que favorezca el talento y no el presencialismo, y políticas de empresa que fomenten la diversidad como fuente de innovación.
La pandemia ha demostrado que es posible incorporar muchas de estas medidas y que hay que poner el foco en la transformación cultural de las organizaciones. Las empresas que no lo hagan probablemente no serán capaces de captar y retener el talento de las nuevas generaciones. Sin embargo, en las compañías en las que se emprenda el viaje, supondrá un win-win para todos.
¿De qué modo pueden el sector educativo (de la secundaria a la universidad) y las propias empresas fomentar las vocaciones femeninas en la industria farmacéutica? ¿Cómo se puede incentivar la autoconfianza en las mujeres?
Además de los pequeños pasos que cada uno puede dar en su empresa, pienso que la verdadera transformación debe tener lugar a nivel educativo y social.
En lo que respecta al sector educativo, creo sinceramente que se puede hacer una gran labor exponiéndoles a los niños y niñas lo que has vivido hasta llegar al puesto donde estás. En ese sentido, suelo colaborar con varias iniciativas y me resulta muy enriquecedor. Cuando las niñas visibilizan mujeres profesionales de ámbitos tecnológicos y científicos se fomenta su sentimiento de pertenencia, lo cual es importante, porque una niña difícilmente podrá imaginarse en el futuro como algo que no conoce o que no ha visto.
Tanto en los proyectos en los que participo en escuelas como en los de universidades, siempre expongo lo que hacemos en Viralgen. El impacto social que tenemos con nuestro trabajo es tal que necesito pocas palabras para enseñarles cómo puede contribuir la ciencia a transformar el mundo. En lo que sí que les insisto es en que pueden formar parte de ello, que han de creerse que pueden llegar tan alto como quieran y que busquen trabajar en empresas que tengan un propósito que valga la pena, en iniciativas con impulso que les inspiren.
En relación a las acciones que puede llevar a cabo la empresa, desde las organizaciones también se puede contribuir a esa visibilización de referentes tan importante que comentamos. Por ejemplo, Viralgen este año ha participado en la celebración del Día Internacional de La Mujer y la Niña en la Ciencia, promoviendo el acceso pleno e igualitario a la ciencia de las mujeres y las niñas.
Por último, querría aprovechar para agradecer iniciativas como esta entrevista, porque contribuyen a compartir nuestro trabajo, y quién sabe, ¡hasta puede haberle resultado inspirador a algún futuro profesional del sector!
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