Creció con uno de los mejores y más naturales referentes que se pueden tener en la vida: una hermana mayor, que, en este caso, hizo por derribar la teoría sobre los techos de cristal y las “limitadas” capacidades de las mujeres y se convirtió no sólo en líder de su empresa sino en un motivo de inspiración. María Vivancos, directora de Recursos Humanos de Casen Recordati, aplica lo aprendido en casa y destierra las diferencias entre géneros para defender una industria farmacéutica diversa, motivadora, meritocrática y empática con todos sus empleados independientemente de su procedencia, edad, sexo o línea de pensamiento.
¿Cómo está actualmente tu sector y, más concretamente, tu ámbito de trabajo como directora de Recursos Humanos de Casen Recordati?
El último año ha supuesto una verdadera prueba de fuego para todos los sectores pero especialmente para el farmacéutico y, más si cabe, para las áreas de recursos humanos.
En Casen Recordati nuestro reto ha sido y es el de mantener la actividad al 100 % a pesar de la incertidumbre y, sobre todo, velar por la seguridad de nuestro equipo humano.
Desde nuestra fábrica exportamos a más de 55 países y producimos cerca de 70 millones de unidades al año y, evidentemente, lo que no podemos permitir es que ningún paciente se quede sin su medicación. Para ello hemos puesto en marcha todas las medidas necesarias para continuar asegurando el abastecimiento de nuestros productos, incrementando el número de personas, el número de turnos y el stock de producto, especialmente durante los momentos más complejos de la pandemia.
Y siempre con la mirada puesta en la seguridad de nuestro equipo humano, para lo que hemos desarrollado diferentes protocolos de prevención de riesgos laborales, trabajando mano a mano con el resto de áreas de la compañía. Trabajo en equipo con mayúsculas que nos ha permitido mantener al personal de oficina, que suponen más de cien personas, en situación de teletrabajo. Además de aplicar todas las medidas de seguridad en el ámbito de producción y de red de ventas, consiguiendo llegar hasta el día de hoy sin contagios por COVID-19, en el ámbito laboral.
Ha supuesto un auténtico desafío, pero también un orgullo que además ha sido recompensado con reconocimientos como el Identificativo Garantía Madrid, gracias a nuestro compromiso con las “Medidas de Cumplimiento”, “Medidas Extraordinarias” y “Acción Solidaria” en la lucha contra la pandemia.
Es un momento complicado para hacer previsiones pero, ¿qué retos tiene por delante la industria farmacéutica?
La pandemia, sin duda, ha supuesto un punto de inflexión que marcará el futuro del sector farmacéutico. Si hay algo en lo que nos hemos reafirmado es que las personas son el verdadero motor de nuestra industria y, cuando hablo de personas, me refiero tanto a los pacientes, como a los empleados que trabajamos con el propósito de garantizar su salud y bienestar.
En este sentido, muchas de las políticas que hemos puesto en marcha en los últimos meses han llegado para quedarse. Pero también somos conscientes de que hay que seguir evolucionando a medida que la sociedad evoluciona, algo que desde las áreas de recursos humanos llevamos tiempo aplicando.
Como compañías, la sociedad nos exige que cumplamos con criterios de responsabilidad fundamentales a través de compromisos firmes en materia medioambiental, de igualdad, de retención y atracción del talento… Ejes en los que ponemos el foco de manera relevante y que nos permite, por ejemplo, contar con una antigüedad media de más de 10 años en nuestra compañía y una rotación mínima. Algo no tan habitual en este sector y que nos reafirma en que vamos por el buen camino.
¿Otro de los asuntos pendientes que tiene la industria farmacéutica es una mayor incorporación de mujeres a puestos directivos y/o consejos de administración?
Nunca hay que conformarse y hay que seguir trabajando en esta senda pero, afortunadamente, la industria farmacéutica es una de las mejor posicionadas en este sentido. Los últimos datos muestran que más de la mitad de los empleos directos de la industria están ocupados por mujeres y la cifra en los puestos de responsabilidad ronda el 40 %. En Casen Recordati, el trabajo e implementación de nuestro Plan de Igualdad nos permite estar en línea con estas cifras: actualmente contamos con un equipo humano formado por 319 personas de las que el 49 % son mujeres. Además, nuestro equipo directivo está formado por 4 mujeres y 4 hombres que reportan a la Dirección General. Es decir, estamos por encima de la media de la industria y esto es algo que nos llena de orgullo.
Nuestro objetivo es ofrecer las mismas oportunidades a todos los empleados de la compañía, siendo conscientes de que la diversidad enriquece nuestra plantilla y equipo directivo.
¿Cuáles son las principales dificultades u obstáculos que, a tu juicio y según tu experiencia, deben afrontar las mujeres para el desarrollo de su carrera en este sector? ¿Y qué medidas propondrías?
El poder contar con políticas específicas y objetivos medibles para todos es sin duda alguna un aspecto fundamental para que las mujeres puedan desarrollar su carrera profesional, en cualquier sector, y en igualdad de condiciones.
En Casen Recordati, además de nuestro Código Ético, contamos con un Plan de Igualdad dinámico y evolutivo, a través del análisis de datos cuantitativos y cualitativos, que garantiza la igualdad de trato, oportunidades y que se basa en tres pilares fundamentales: garantizar la igualdad, en el sentido más amplio de la palabra, entre todos nuestros empleados; promover los derechos de conciliación de la vida personal, familiar y laboral; y prevenir discriminaciones derivadas de su ejercicio, detectando riesgos y estableciendo medidas para mejorar su calidad de vida mediante propuestas de flexibilidad.
Creo que en este ámbito las compañías debemos dar un paso al frente y no sólo limitarnos a cumplir con la normativa legal o con las directrices establecidas en el Convenio Colectivo. La base de nuestro éxito está en las personas que trabajan con nosotros y nuestra obligación es responder a sus necesidades y dotarles de herramientas que permitan su desarrollo profesional, independientemente de que sean hombres o mujeres.
Para mí la clave es tener una política de RRHH de apertura a la diversidad que fomente la igualdad de oportunidades para todos los empleados y no sólo atendiendo a cuestiones de género. También de procedencia, edad, condición sexual, sin olvidar la diversidad de pensamiento.
¿De qué modo pueden el sector educativo (de la secundaria a la universidad) y las propias empresas fomentar las vocaciones femeninas en las áreas de ciencias, tecnología, ingeniería o matemáticas?
Es cierto que en algunas disciplinas académicas, como en el caso de las STEM, todavía queda mucho camino por recorrer si hablamos de fomentar las vocaciones femeninas.
Creo que el problema no está en que no haya referentes que inspiren a las estudiantes. De hecho, en el caso de la industria farmacéutica, dos de cada tres puestos en los departamentos de I+D están ocupados por mujeres.
El problema puede estar en la falta de visibilidad de esos referentes.
Desde Casen Recordati participamos en iniciativas como Mujeres en Farma. Un gran altavoz que pone en valor nuestra labor y nuestro papel dentro de la industria. O en campañas como la que recientemente promovía FarmaIndustria, #ConEllasMásSalud, y que se preguntaba qué ocurriría si las mujeres desaparecieran de nuestra industria.
En definitiva creo que la comunicación y la visibilización juegan un papel clave para que las niñas y adolescentes puedan conocer a mujeres en las que reflejarse y así llegar a convertirse en las grandes científicas, ingenieras, informáticas o matemáticas del mañana.
¿Qué características consideras que son necesarias para cubrir un puesto de liderazgo?
El líder o la líder tienen un denominador común que es la capacidad de influir en sus equipos de manera positiva. Para ello creo que es imprescindible tener un objetivo claro y saber compartirlo con el equipo, tratar a cada miembro de manera individual, teniendo en cuenta sus necesidades tanto profesionales como personales, y tener un toque de autenticidad y buenas dosis de empatía. Si pensamos en el mejor líder que hayamos conocido, sin duda será una persona cercana y amable que nos habrá inspirado como personas. Pienso que nadie lidera por su currículum sino por su manera de ser.
¿Qué punto diferenciador crees que aporta una mujer/un equipo diverso a un comité de dirección?
Sinceramente pienso que una mujer y un hombre pueden aportar la misma diversidad a un Comité de Dirección. No nos define nuestro género sino, de nuevo, lo que podemos influir en un equipo de trabajo. Dicho esto, es cierto que las mujeres, hoy por hoy, podemos tener mayor facilidad en la empatía y la comunicación, cualidades que aportan mucho a cualquier equipo de trabajo.
¿Has tenido en tu vida alguna mujer que te haya inspirado? ¿Alguien del sector? ¿Alguna mentora o mentor? ¿Quién era, y de qué manera influyó en tu camino profesional?
Sin duda he conocido grandes mujeres y profesionales tanto dentro como fuera del sector. Todas ellas han tenido, como denominador común, mucha fuerza, empuje y determinación para alcanzar sus metas propuestas. Mi hermana mayor, Rosi Vivancos, Directiva Europea de una multinacional Farmacéutica ha sido sin duda, tanto para mi hermana gemela como para mí, un referente. Ella nos ha enseñado que para llegar lejos sólo importa la constancia, el trabajo bien hecho y tener un objetivo claro. Ella no cree en los limitantes “techos de cristal” y con su experiencia nos ha demostrado que las barreras no existen si no crees en ellas.
¿Qué consejos darías a una mujer en la industria farmacéutica para crecer profesionalmente?
Seguramente le diría que no se autolimite, que no piense en negativo ni en la dualidad hombre – mujer, que confíe en un futuro diverso y, sobre todo, que confíe en ella misma y sus posibilidades. Su futuro no está escrito y el éxito, sin duda, dependerá en parte de creer en sus capacidades, de su esfuerzo y su constancia. Cualquier persona, ya sea hombre o mujer, puede conseguir lo que se proponga.
Recuperando el tema de los retos de la industria farmacéutica… Las mujeres siguen siendo las mayores responsables de su hogar, a pesar de compartir cada vez más tareas con los hombres. En tu caso personal y teniendo en cuenta el cargo de responsabilidad que ostentas en tu empresa, ¿cómo logras la conciliación entre tu vida personal y profesional?
La conciliación en España todavía es un tema realmente complicado, especialmente cuando se tienen hijos pequeños, aunque se ha mejorado mucho en los últimos años gracias a la flexibilidad de las empresas (especialmente dentro de la industria farmacéutica) y a la corresponsabilidad en las familias.
Pero hay que aceptar que el día tiene 24 horas y no podemos estar en dos sitios a la vez. Lamentablemente, la posibilidad de promoción profesional y la maternidad se suelen solapar en el tiempo por lo que, irremediablemente, aunque se puedan delegar muchas tareas, la realidad es que hay que aceptar que se debe “sacrificar” parte del tiempo.
¿Cuáles crees que son los principales puntos de mejora para las mujeres en el ámbito corporativo?
No creo que haya puntos de mejora concretos, sólo no tener creencias auto limitantes y creer firmemente en nuestras posibilidades. Personalmente pienso que es importante centrarse en las oportunidades y no en las barreras que pudiera haber.
¿Cuáles son tus esperanzas/expectativas en cuanto al rol ejecutivo de la mujer en la industria farmacéutica?
Estoy convencida de que en el corto plazo se conseguirá una paridad del rol ejecutivo de una manera natural.
Sabemos que las compañías siempre han necesitado y necesitarán de buenos profesionales, comprometidos y orientados a objetivos.
Por ello, desde perspectivas como la mía, en el caso de los recursos humanos, trabajamos en políticas de desarrollo de talento interno que sean efectivas para que todos encontremos grandes oportunidades dentro de nuestras propias empresas, independientemente de nuestro género o cualquier otro rasgo de diversidad.
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