Si bien la industria farmacéutica atraviesa un momento de bonanza, es imprescindible que las empresas sean conscientes de que el crecimiento del sector ha aumentado la lucha por el talento.
La industria farmacéutica se consolida como uno de los sectores estratégicos más potentes en España. La fuerte inversión en I+D y la creación de grandes hubs como centros de excelencia e innovación de laboratorios nacionales e internacionales en zonas como Cataluña o Madrid han situado nuestro país como uno de los más punteros en este campo a nivel mundial. Este liderazgo ha posicionado el mercado laboral del ámbito farmacéutico como uno de los más estables y atractivos para profesionales españoles y expats.
“El sostenido crecimiento del sector farmacéutico ha convertido a la industria en una de las empleadoras de mayor calidad en España”, comenta Fernando Rodríguez Moreno, National Life Sciences Strategic Account Manager en Hays. Y es que, lejos de las conocidas problemáticas que sufren los profesionales del sector asistencial como médicos y enfermeros, los trabajadores de la industria farmacéutica se encuentran en una buena situación. “Los sueldos son competitivos y el entorno de trabajo resulta especialmente atractivo por aspectos como las oportunidades de crecimiento profesional para los jóvenes, la amplia presencia de talento femenino o unas condiciones de trabajo que favorecen la conciliación y el bienestar de los empleados” explica el experto. Esta realidad, que ha convertido el sector farmacéutico en un polo de atracción de talento, también tiene una cara B: la gran lucha por retener a los profesionales.
La creciente búsqueda de profesionales dificulta la retención del talento
Además de crecer a un muy buen ritmo, la industria farmacéutica también hace frente a otros grandes desafíos como el constante impacto e integración de tecnologías innovadoras como la Inteligencia Artificial (IA). Ante esta situación, las empresas buscan de forma incesante profesionales cualificados. Sobre todo, cuando se trata de talento capaz de operar en diversos ámbitos como la investigación, ensayos clínicos o los procesos de garantía de calidad. Esta creciente búsqueda de perfiles dificulta la retención del talento y se traduce en elevadas tasas de rotación en el conjunto de la industria. “Los trabajadores no quieren cambiar de sector, simplemente cambian de empresa atraídos por unas mejores condiciones contractuales o un entorno laboral más interesante”, afirma Rodríguez.
En este sentido, adquieren una gran importancia cuestiones como la apuesta por la formación o la definición de un plan de carrera realista y atractivo. A nivel formativo, los profesionales están especialmente preocupados por el impacto que pueda generar la IA y tienen la voluntad de aprender a incorporar esta herramienta en su día a día con el objetivo de ganar en eficiencia y competitividad. En concreto, según la Guía del Mercado Laboral de Hays enfocada en el mercado de Life Sciences, uno de cada dos profesionales cree que la IA eliminará más oportunidades de trabajo de las que creará. Por esta razón, los trabajadores de este sector se sienten especialmente atraídos por organizaciones que invierten recursos en formación y que perciben las nuevas tecnologías como un aliado y no como un enemigo.
Así pues, si bien la industria farmacéutica atraviesa un momento de bonanza, es imprescindible que las empresas sean conscientes de que el crecimiento del sector ha aumentado la lucha por el talento. Para salir victoriosas de ella, será necesario poner el foco en la experiencia del empleado y generar un entorno competitivo que atraiga y retenga a los trabajadores
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