Las instalaciones de HVAC diseñadas por Airplan para el ámbito de las salas limpias (cleanrooms) disponen en su mayoría de unidades de climatización en régimen de recirculación, con dos niveles de filtración (M5 (ePM10 50%) como filtración previa y F9 (ePM1 80%) como filtración intermedia. La difusión final del aire en la sala suele ser a través de filtro terminal HEPA H14.
En el contexto de la crisis sanitaria provocada por la COVID-19, varias organizaciones de referencia en el ámbito de la climatización, como lo son ASHRAE, en Estados Unidos y, REHVA, en Europa, han editado guías breves donde manifiestan su posición sobre el papel que las instalaciones de climatización pueden jugar en la diseminación o neutralización del virus en recintos cerrados como son las oficinas o las salas limpias, en nuestro caso.
ASHRAE ha manifestado su visión a través del documento ASHRAE Position Documento on Infection Aerosols de abril de 2020. En él, para comunicar el nivel de certidumbre científica que tienen sus recomendaciones, ASHRAE ha tomado como referencia el sistema de clasificación de la Agency for Healthcare and Quality (AHRQ).
Este sistema contempla 5 niveles de evidencia, desde el A (Fuertemente recomendado; buena evidencia) hasta el E (Evidencia insuficiente o de baja calidad para recomendar).
El uso de filtros de partículas alta eficiencia en sistemas centralizados, como es en este caso (M5+F9+H14), reduce la carga área de partículas infecciosas y ASHRAE clasifica su recomendación con un nivel de evidencia A, el máximo. Por tanto, el diseño intrínseco de las instalaciones de Airplan, siguiendo criterios GMP, lleva inherente una medida altamente recomendable.
En Airplan han estudiado, entre las medidas disponibles en el mercado, cuáles serían válidas para reforzar el papel de la filtración en las instalaciones de HVAC de Salas Limpias que tienen sus clientes.
Actualmente ya están aplicando una solución conocida, pero no profusamente utilizada en el ámbito cleanroom, como es la irradiación germicida ultravioleta (UVGI en inglés), en otras palabras, las lámparas UV-C. Es una solución muy investigada y validada, ASHRAE le otorga, también, un nivel de evidencia científica A.
El espectro ultravioleta (UV) puede inactivar microorganismos y dentro de este, el UV-C (longitud de onda entre 200 y 280 nm) proporciona el mayor efecto germicida. Las lámparas habituales tienen una longitud de onda de 254 nm, muy cercana a la óptima de 265 nm.
Adicionalmente, se valora que su integración sea lo más fácil posible. Su incorporación tiene poca o nula incidencia en el comportamiento térmico de la instalación y está concebida como un kit de fácil instalación.
La acción combinada de todas estas medidas es la mejor estrategia germiciada para los sistemas HVAC para mejorar la calidad del aire.
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